La primera iniciativa gubernamental que manifestó una voluntad política hacia el cine fue una ordenanza del Ministerio de Cultura que nombraba una Comisión en el mes noviembre del 2004 con la encomienda de formular un proyecto para una Ley de Cine.
El 1 de Febrero del 2005 se dictó el decreto que otorgó la incorporación a la Asociación Dominicana de Profesionales de la Industria del Cine (ADOCINE) la cual asumió un rol significativo en el impulso de esa iniciativa legislativa.
En principio influyó mucho como modelo de discusión la Ley de Cine de Colombia. Se estableció para ordenar la existencia de sus instituciones fílmicas, nacidas y fomentadas sin el amparo de una ley. A pesar de las dificultades económicas, el cine colombiano había logrado plasmar con eficacia su cultura con una calidad cinematográfica destacada. Pueden incluso advertirse semejanzas de concepto significativas aplicadas en las producciones dominicanas.
En el caso dominicano, sería la ley, la que establecería las instituciones fílmicas que no existentes aun y vendría a definir de una manera precisa sus alcances y funciones.